jueves, 15 de noviembre de 2012

Otro valiente acobardado

Se rindió. Ventitré anni. Otro valiente acobardado por el mundo. Esa fue su última decisión. La maleta había quedado atrapada en algún momento del pasado y estaba demasiado llena para seguir arrastrando de ella. La ropa se había hecho inutilizable y se había cargado de recuerdos y sentimientos que le impedían caminar cada día. Aún sonreía. El mar no había conseguido atraparlo por un último instante. Ya ni aquel viaje a Tenerife le sujetaba. Probablemente, allí cargó la maleta de demasiadas cosas también. Nadie le enseñó a ir tirando todo aquello que no necesitaba para respirar, a arrojar aquellos recuerdos que lo clavaban en la tierra como un ancla, tanto que la tierra se lo ha tragado clandestinamente. Estoy seguro de que lo había intentado; que algunas mañanas se había levantado de su cárcel intentando romper los candados de su espalda, que algunas noches había caminado de bar en bar buscando refugio en los alambres de alguien, pero no lo consiguió, con lo valiente que era ... Tampoco resolvió aquella ecuación que jamás le dió cero porque jamás encontró esa explicación que nadie le había dado y que nadie le daría porque ni existía ... porque nos empeñamos en buscar explicaciones que carecen de vida propia, como él ahora. Se había suicidado.

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