Se apaga la luz.
Se secan las nubes.
Se pasa el tiempo.
Se rompe la silla.
Se ahoga el aire.
Se acaba.
Muere.
lunes, 30 de julio de 2012
sábado, 21 de julio de 2012
En el centro
Ahí lo tienes.
Sentado sobre sus pies,
en su palacio de hielo,
quemando las estrellas
con sus palabras mudas.
En sus bolsillos
montones de risas
apagadas por el agua
del quehacer de la vida,
tan simple y tan difícil.
Sobre el hastío de la luna
brotan los cíclopes,
cierran sus ojos,
ven oscuridad.
A la espalda una cruz,
su cruz, él mismo.
Sentado sobre sus pies,
en su palacio de hielo,
quemando las estrellas
con sus palabras mudas.
En sus bolsillos
montones de risas
apagadas por el agua
del quehacer de la vida,
tan simple y tan difícil.
Sobre el hastío de la luna
brotan los cíclopes,
cierran sus ojos,
ven oscuridad.
A la espalda una cruz,
su cruz, él mismo.
Sediento
Tengo sed de ti,
de los pájaros que rozan
con sus alas los límites
de ese paraíso
conquistado por tantos
y por nadie;
de las fotos que llevan
tu sonrisa grabada,
imborrable ante
el paso del tiempo;
de los días en los que
el sol no sale, la lluvia
te invita a dormir y tu
te abrazas a la almohada.
Tengo sed de ti,
de los lunares que disfrazan
la piel de ese pobre
gato indefenso,
triste, vencido;
de las huellas que se marcan
en la arena cuando
vuelas sobre ellas
como huyendo;
de los miedos que te asaltan
por la noche como
a un pequeño fantasma;
de las estrellas, del aire,
de la luz, de mi, de nada.
de los pájaros que rozan
con sus alas los límites
de ese paraíso
conquistado por tantos
y por nadie;
de las fotos que llevan
tu sonrisa grabada,
imborrable ante
el paso del tiempo;
de los días en los que
el sol no sale, la lluvia
te invita a dormir y tu
te abrazas a la almohada.
Tengo sed de ti,
de los lunares que disfrazan
la piel de ese pobre
gato indefenso,
triste, vencido;
de las huellas que se marcan
en la arena cuando
vuelas sobre ellas
como huyendo;
de los miedos que te asaltan
por la noche como
a un pequeño fantasma;
de las estrellas, del aire,
de la luz, de mi, de nada.
martes, 17 de julio de 2012
Revueltas
Revueltas,
así se encontró
el amanecer aquellas
sábanas de lino
bañadas por la brisa
de una marea somnolienta
que se quejaba del frío
que le abrigaba.
Revueltas,
así aparecieron
aquellas ideas que
vagaban por mi mente
vacía por el no se qué
de aquel remitente
sin huella.
Revueltas,
así estaban
aquellas fotos que
recordaban una vida
de fantasía que se
difuminaba entre lirios
de olvido y fe.
Revueltas,
así escribíanse
palabras sin orden,
sin sentido, que no
decían lo que querían
decir, que no decían nada,
que les faltaba vida, aire.
Revueltas,
así estaban nuestras vidas.
así se encontró
el amanecer aquellas
sábanas de lino
bañadas por la brisa
de una marea somnolienta
que se quejaba del frío
que le abrigaba.
Revueltas,
así aparecieron
aquellas ideas que
vagaban por mi mente
vacía por el no se qué
de aquel remitente
sin huella.
Revueltas,
así estaban
aquellas fotos que
recordaban una vida
de fantasía que se
difuminaba entre lirios
de olvido y fe.
Revueltas,
así escribíanse
palabras sin orden,
sin sentido, que no
decían lo que querían
decir, que no decían nada,
que les faltaba vida, aire.
Revueltas,
así estaban nuestras vidas.
Aunque tú no lo sepas
Aunque tú no lo sepas
me he inventado tu nombre,
me drogué con promesas
y he dormido en los coches.
Aunque tú no lo entiendas
nunca escribo el remite en el sobre
por no dejar mis huellas.
Aunque tú no lo sepas
me he acostado a tu espalda
y mi cama se queja
fría cuando te marchas.
He blindado mi puerta
y al llegar la mañana
no me di ni cuenta
de que ya nunca estabas.
Aunque tú no lo sepas
nos decíamos tanto,
con las manos tan llenas,
cada día más flacos.
Inventamos mareas,
tripulábamos barcos
y encendía con besos
el mar de tus labios.
me he inventado tu nombre,
me drogué con promesas
y he dormido en los coches.
Aunque tú no lo entiendas
nunca escribo el remite en el sobre
por no dejar mis huellas.
Aunque tú no lo sepas
me he acostado a tu espalda
y mi cama se queja
fría cuando te marchas.
He blindado mi puerta
y al llegar la mañana
no me di ni cuenta
de que ya nunca estabas.
Aunque tú no lo sepas
nos decíamos tanto,
con las manos tan llenas,
cada día más flacos.
Inventamos mareas,
tripulábamos barcos
y encendía con besos
el mar de tus labios.
domingo, 15 de julio de 2012
He de admitirlo
He de admitirlo.
Me da verguenza vivir,
vivir en un país en el
que la aristocracia,
supuestamente desaparecida,
sigue enriqueciéndose
a costa de hormigas
débiles pisoteadas
por gigantes corruptos.
He de admitirlo,
siento repugnancia al
encender el televisor
y ver un mundo de
diversión y color
que no coincide con
el que veo día a día
en las esferas callejeras
de un siglo XXI.
He de admitirlo,
a veces me da miedo
formar parte de esa
inmundicia que agoniza
entre cuestiones etéreas;
me da miedo quitarle
el pan a un padre que
mata por sus duendes.
He de admitirlo,
me da miedo mi país.
Me da verguenza vivir,
vivir en un país en el
que la aristocracia,
supuestamente desaparecida,
sigue enriqueciéndose
a costa de hormigas
débiles pisoteadas
por gigantes corruptos.
He de admitirlo,
siento repugnancia al
encender el televisor
y ver un mundo de
diversión y color
que no coincide con
el que veo día a día
en las esferas callejeras
de un siglo XXI.
He de admitirlo,
a veces me da miedo
formar parte de esa
inmundicia que agoniza
entre cuestiones etéreas;
me da miedo quitarle
el pan a un padre que
mata por sus duendes.
He de admitirlo,
me da miedo mi país.
No, no
No, no me da la gana
de llevarte a sitios caros.
No, no voy a consentir
lo que te consienten.
No, no voy a cortar
trozos de mi piel para ti.
No, no voy a descolgar
estrellas del cosmos.
No, no te esperaré entre
sábanas de algodón limpias.
No, no girará la noria
al ritmo de tu respiración.
No, no va a llover cuando
la despedida sea monotonía.
No, no voy a permitir que
juegues a las marionetas.
No, no me da la gana.
de llevarte a sitios caros.
No, no voy a consentir
lo que te consienten.
No, no voy a cortar
trozos de mi piel para ti.
No, no voy a descolgar
estrellas del cosmos.
No, no te esperaré entre
sábanas de algodón limpias.
No, no girará la noria
al ritmo de tu respiración.
No, no va a llover cuando
la despedida sea monotonía.
No, no voy a permitir que
juegues a las marionetas.
No, no me da la gana.
sábado, 14 de julio de 2012
Un detalle
Aquella lágrima luchaba por salir
entre surcos de serpentina
que nadaba en oceános de
felicidad compartida por el silencio.
El ruido veía caer a toda una
tormenta subterránea que
anochecía entre vengalas
de causa y efecto tardío.
La habitación refulgía entre
gotas de sudor agrio
que predecían el frío desenlace
del viaje por el edén.
A kilómetros aquella sonrisa
se hacía más intensa entre
copas de agua y aire
que se derramaban en su alcoba.
No había mañana. Estas palabras
se perderían entre conexiones
quee conducían a un mundo sin sentido
en el que la identidad es su ausencia.
entre surcos de serpentina
que nadaba en oceános de
felicidad compartida por el silencio.
El ruido veía caer a toda una
tormenta subterránea que
anochecía entre vengalas
de causa y efecto tardío.
La habitación refulgía entre
gotas de sudor agrio
que predecían el frío desenlace
del viaje por el edén.
A kilómetros aquella sonrisa
se hacía más intensa entre
copas de agua y aire
que se derramaban en su alcoba.
No había mañana. Estas palabras
se perderían entre conexiones
quee conducían a un mundo sin sentido
en el que la identidad es su ausencia.
martes, 10 de julio de 2012
Hoy es uno de esos días
Hoy es uno de esos días en los que encuentras cinco minutos para sentarte delante un artilugio, llamado ordenador, o Dios para muchos, y hacer como que te sinceras y que le cuentes tus problemas, aunque le cuentes lo que tú quieres que otros sepan o le cuentas algo, quien sabe si es mentira o lo soñaste anoche. Digo cinco minutos porque no tengo más tiempo. Seré falso... me he tirado toda la tarde sentado en ese sofa rojo y amarillo que hay en mi salón viendo la tele, pero qué más da si te miento una vez más. La cuestión es que siempre tenemos tiempo para lo que queremos y buscamos una excusa para afrontar determinadas situaciones que a la vez que satisfactorias son "raras" en el buen sentido de la palabra, si es que lo tiene.
Hoy es unos de esos días en los que te das cuenta que aquellos cimientos que has estado constuyendo durante tanto tiempo, con esfuerzo, con tesón, con ayuda de los demás, han estado a punto de derrumbarse por un no se qué, como diriía Feijóo, pero que al final han sobrevivido al temporal, o eso parece, tampoco estoy seguro. Por no estar seguro ni siquiera si en diez minutos publicaré esto (mentira, lo publicaré, si no, ¿para qué lo estoy escribiendo?). No se crean que es fácil que esos cimientos que tú creías que eran todopoderosos, como Júpiter, que te iban a elevar a la altura del betún, nunca mejor dicho, no han conseguido nada. Si, tienes cimientos, pero la casa sigue vacía. ¿Qué horror tener que ir a Ikea por unos muebles que sabes que son de usar y tirar? No te creerás que voy a comprar unos muebles para toda la vida cuando apenas cumplí 22 años... ¿Acaso tú los quieres comprar conmigo? Mejor no respondas, a ver si al final el que se lleva el chasco eres tú.
Hoy es uno de esos días en los que piensas que vas a dar un cambio radical, que vas a empezar a pensar en ti, que vas a hacer lo que tú quieras. En definitiva, hoy es otro día en el que vamos a seguir viviendo tu mentira. Ni voy a hacer lo que yo quiera ni voy a dar un cambio. Tú y yo vamos a seguir influenciado por lo que nos digan estos gusanos que nos rodean y que, al fin y al cabo, son los que nos quieren. Y si se equivocan, puesto me equivoco con ellos. Mejor equivocarse con ellos que equivocarse solo.
Hoy es uno de esos días en los que he escrito una serie de cosas en las que no diferencio la verdad de la mentira, pero ¿qué más da? Tampoco las diferencio en tu día a día.
Hoy es unos de esos días en los que te das cuenta que aquellos cimientos que has estado constuyendo durante tanto tiempo, con esfuerzo, con tesón, con ayuda de los demás, han estado a punto de derrumbarse por un no se qué, como diriía Feijóo, pero que al final han sobrevivido al temporal, o eso parece, tampoco estoy seguro. Por no estar seguro ni siquiera si en diez minutos publicaré esto (mentira, lo publicaré, si no, ¿para qué lo estoy escribiendo?). No se crean que es fácil que esos cimientos que tú creías que eran todopoderosos, como Júpiter, que te iban a elevar a la altura del betún, nunca mejor dicho, no han conseguido nada. Si, tienes cimientos, pero la casa sigue vacía. ¿Qué horror tener que ir a Ikea por unos muebles que sabes que son de usar y tirar? No te creerás que voy a comprar unos muebles para toda la vida cuando apenas cumplí 22 años... ¿Acaso tú los quieres comprar conmigo? Mejor no respondas, a ver si al final el que se lleva el chasco eres tú.
Hoy es uno de esos días en los que piensas que vas a dar un cambio radical, que vas a empezar a pensar en ti, que vas a hacer lo que tú quieras. En definitiva, hoy es otro día en el que vamos a seguir viviendo tu mentira. Ni voy a hacer lo que yo quiera ni voy a dar un cambio. Tú y yo vamos a seguir influenciado por lo que nos digan estos gusanos que nos rodean y que, al fin y al cabo, son los que nos quieren. Y si se equivocan, puesto me equivoco con ellos. Mejor equivocarse con ellos que equivocarse solo.
Hoy es uno de esos días en los que he escrito una serie de cosas en las que no diferencio la verdad de la mentira, pero ¿qué más da? Tampoco las diferencio en tu día a día.
Fácil
¡Qué fácil es de juzgar a los demás!
¡Qué tonto has sido!
¡Yo, en tu lugar, ... te callas!
Tú no estabas en mi lugar.
Tú no estabas en mi vida.
Tú tampoco sabes diferenciar
entre el bien y el mal.
¡Qué facil es decidir por los demás!
¡Chico, decide por ti!
Si al final, hagas lo que hagas,
harás lo correcto.
Es imposible volver atrás
para cambiar afortunadamente.
¡Qué fácil es cambiarte de bando!
¡Hoy negro y mañana, blanco!
Perdona, pero no.
La vida tiene unos valores.
Miento, la vida no, yo y
tres gatos descarrilados,
pero tres gatos que trepan
los mismos árboles que yo.
¡Qué fácil viven algunos y qué fácil fingen vivir!
¡Qué tonto has sido!
¡Yo, en tu lugar, ... te callas!
Tú no estabas en mi lugar.
Tú no estabas en mi vida.
Tú tampoco sabes diferenciar
entre el bien y el mal.
¡Qué facil es decidir por los demás!
¡Chico, decide por ti!
Si al final, hagas lo que hagas,
harás lo correcto.
Es imposible volver atrás
para cambiar afortunadamente.
¡Qué fácil es cambiarte de bando!
¡Hoy negro y mañana, blanco!
Perdona, pero no.
La vida tiene unos valores.
Miento, la vida no, yo y
tres gatos descarrilados,
pero tres gatos que trepan
los mismos árboles que yo.
¡Qué fácil viven algunos y qué fácil fingen vivir!
Un cactus
Campo estéril, vacío, muerto,
donde las hadas absorben
las migajas de vida
de pequeños gigantes efímeros.
Desierto de agua putrefacta,
que agujeran las almas
de unos pobres indigentes
que danzan al ritmo del tambor.
Iceberg a golpe de pasión
que te expandes y te contraes
ahogando los suspiros
de pobres gotas de polvo.
El cactus sigue naciendo ahí.
donde las hadas absorben
las migajas de vida
de pequeños gigantes efímeros.
Desierto de agua putrefacta,
que agujeran las almas
de unos pobres indigentes
que danzan al ritmo del tambor.
Iceberg a golpe de pasión
que te expandes y te contraes
ahogando los suspiros
de pobres gotas de polvo.
El cactus sigue naciendo ahí.
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