Gente que corre, que anda, que se sube y se baja del metro, gente independiente o dependiente, que nos es indiferente, pero que seguro que tienen una vida. ¿Qué es de su vida? Probablemente ni te importe. Probablemente ese sea nuestro problema, el problema de Londres, tú problema. Solo vemos personas que se dirigen hacia algún sitio, puesto que lo único que nos importa es NUESTRO sitio, MI sitio.
Es curioso cómo la vida te maneja, cómo pone en tu camino determinados momentos. Solo unas horas después de escribir esta breve reflexión sobre el la vida-viaje caía en mis manos un bonita poema relacionado con esto de García Ascot que dejo aquí.
Viaje
Escucho todavía el tren que me ha traído
a través de la noche
hasta esta noche.
Estoy a tantos años de mi hogar
a tantos años de luz
a tantos años de tanta esperanza hecha pedazos
y sólo escucho el silbato
tan alto por la noche, tan lejos por la noche.
¡Oh tanto y tan largo viaje para sólo viajar
lejos de casa,
tanto y tan largo viaje para sólo alejarse,
para sólo exiliarse de uno mismo!
Y llevar tanto bulto de recuerdo y de olvido
tantos años de vida entre estaciones,
tanta inútil nostalgia y no llegar aún
donde poder bajar
-quizás sólo a estirar las piernas
a beber agua, a fumarse un cigarro-
para poder dejar en este tren un rato
tanto cansancio de tanto viaje y tan largo viaje
que no acaba.
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