Se te ha caído
una caricia
de mi espalda
del mismo modo que
ayer se cayó
la última hoja del
otoño.
Se te ha escapado
la última palabra
de aquella
conversación
del mismo modo que
ayer se te escapó
el último tren de la
estación.
Se te ha roto
la última fantasía
de aquella vida
del mismo modo que
ayer se te rompió
el último par de
medias.
Ten cuidado. Te estás
muriendo.
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