Este parásito me está comiendo,
lo se, lo siento,
siento cómo llega hasta mis entrañas
para robarme cada destello de mi cuerpo,
para dejarme sin dormir,
para ahogar mis pulmones.
Se que está ahí
y sé que debo luchar contra él.
Te pedí ayuda,
pero sólo ahora entendí que esta no es tu guerra.
Gracias.
Esta guerra tiene que empezar desde mí,
también lo sé,
pero si fuera tan fácil,
las guerras no serían guerras,
ni yo sería yo probablemente.
Nunca fui fácil.
Es hora de cambiar las consecuencias.
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