Anoche volvieron ellas,
intentaron desnudarme,
dejarme en paños menores,
en frente de la mar,
suplicando una caricia
que me congelara
aquellas ideas.
Siempre vuelven para lo mismo,
intentan arrastrarte contra el asfalto,
hundirte en el fondo del mar,
dejarte sin aliento
en medio de un desierto
rodeado de gente.
Ellas siempre cuentan
las mismas historias de
dolor, desgarro y nostalgia
sin dejar espacio
a la libertad, a la improvisación,
al nuevo gusano que
poco a poco avanza.
Quizá esté empezando
otra guerra civil.
Esta vez no se trata de
republicanos contra falangistas,
ni de hermano contra hermano,
se trata de ellas contra ella.
La única diferencia es que,
esta vez, los aliados están
de parte de los buenos.
No sabe cuánto tiempo
le costará ganar la batalla,
pero sabe que la va a ganar.
Ella va a vencer
porque él lo quiere.
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