Y llueve, llueve otra vez.
Niños saltando de charcho en charco,
Don Quijote cubierto con el yelmo de Membrino,
Hamlet protegiéndose con una cortina.
Los campos están desiertos,
los oasis no aparecen por ningún lado,
Zoraida está perdida entre el polvo seco,
Ven, monstruo, a sacarla de esos lagos.
Bebe, Gertrudis, bebe;
juglares danzando sobre ríos de sangre,
niños saltando de charcho en charco,
agua, sangre, qué má les da.
Pequeño Gigante,
se te olvidó aprender a nadar
en este mar de tempestades modernas,
la princesa Micomicona está a salvo.
Laertes, acompaña a Sancho a su ínsula.
Cuidado, que está lloviendo.
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