domingo, 25 de enero de 2015

Meditación

Todo era verdad,
pero lo que más me inquietaba
no eran tus palabras,
era tu sonrisa,
ese desafío a la vida
que me lanzaba
y que me dejaba fuera de juego.
Tus ojos me rogaban que luchara,
que cambiara,
pero por mí, no por mi sombra.
Quizá tenga que luchar con más de
una sombra, pero la guerra más dura
viene de mi mano y la voy a ganar.
Si quiere luchar conmigo, está bien.
A mí me da igual,
yo no pienso, me dejo llevar;
así que siéntate a mi lado,
que el espectáculo va a comenzar.

jueves, 22 de enero de 2015

El tiempo, tú y yo

El tiempo, tú y yo.
No respiramos el mismo aire,
ni andamos el mismo camino,
las olas corren a un ritmo
que no estamos dispuestos a asumir.
Aquella locomotora,
que tanto tiempo había estado estacionada,
que parecía que nunca volvería a andar,
ha arrancado de la nada
y no sé si hay dos pasajeros en ella.
Las palabras no satisfacen
a un pueblo que ruega que se le de
lo que se merece.
Quizá se esté cansando de rogar.
Este día a día sufre el impacto
de la realidad transformada
por una mente vil y masoquista.
Sigue sin darse cuenta de que
no existe más huella que la
de su propio pie,
pero aquella venda no le deja
ver ni sus propias pestañas.
Yo no quiero,
pero el tiempo se impone,
y tú te quedas atrás.

lunes, 19 de enero de 2015

Culpable, ¿de qué?

Sólo yo soy el culpable, lo sé;
yo y esta incontrolable máquina pensante
que no deja de funcionar
aunque ya no le quede sangre que bombear.
Toda ella ha huido ya de mí
y ni eso ha acabado conmigo.
No hubo contratos,
no firmamos ningún documento,
no pusimos letras de por medio,
nos limitamos a darnos besos y caricias,
sin pensar en el mañana.
Quizá sí pensamos,
pero no como debíamos pensar
o no como ahora quiero que
hubiéramos pensado,
más bien no como hubiera querido pensar yo.
Sin embargo, ahora lo pienso
y me pregunto ¿de qué soy culpable?
Y la respuesta no aparece.
No ha pasado nada.
Nada ha cambiado. Quizá todo siga igual,
pero creo que hay algo en mí
que me dice que eso es una mala señal,
quizá esta mente inútil que se empeña
en seguir un camino distinto.
Cuando mañana vuelva a amanecer,
vuelva a abrir los ojos,
no sé cómo haré otra vez con esa caricia,
¿y si siento que es mía cuando no lo es?