Quiero escribir unas coplas,
unas coplas que lloren una muerte,
pero no una elegía, demasiado llanto,
prefiero una copla,
que, aunque llore, pueda parecer que río.
Para eso,
tienes que morirte.
¿A qué esperas?
Voy a llorar de verdad porque
entonces ya no habrá marcha atrás,
ni más oportunidades ni más esperanzas.
Voy a celebrar también que
me obligaste a pasar página,
que nos obligaron.
Ya noto cómo mis carcajadas
resuenan dentro, muy dentro,
como si fueran tambores
ensayando para el gran momento,
la orquesta afinando sus instrumentos,
la canción ya brota de las lágrimas.
¿Celebro tu muerte antes de que llegue?
No, porque la física me da igual,
hablo de una muerte espiritual y
esa la siento cerca.
Quizá la tenga que celebrar más veces.
Esta copla ya me suena.
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