jueves, 13 de marzo de 2014

Recuerdos vs. Realidad

Párate a pensar, aunque sea solo por un momento, ¿y si todos aquellos recuerdos sobre los que has cimentado tu vida, a los que miras cada vez que te tiemblan las piernas, no fueran tal y como tu memoria los recuerda? ¿Y si aquella anécdota infantil del descubrimiento de que los Reyes Magos, sobre los que habíamos creado un mundo de fantasía, no eran tales, no fuera más que un anticipo de la verdad?
Así es, no podemos estar seguros del futuro, pero tampoco del pasado, ni siquiera del presente. Acabo de ver una obra de teatro, cada uno tendrá un recuerdo de ella, probablemente muy diferente uno de otro, pero la realidad ha sido solo una. O quizá sea eso, que no hay más realidad que la que nosotros queramos crear, o que sencillamente la realidad en sí no existe, que realidad y ser humano son dos conceptos que nacen y mueren juntos. Quizá sea esto lo que nos lleva a tantos malos entendidos, peleas, guerras y violencia. Nuestras realidades no coinciden. Si no coincide nuestra realidad, tampoco puede coincidir nuestro pasado.
Y entonces el problema se hace mucho mayor. ¿Cómo voy a cambiar la realidad de una sociedad que está ahí fuera, que me horroriza y me decepciona diariamente, si no soy ni siquiera capaz de poder explicar cómo es la realidad que tú y yo estamos viendo porque ni siquiera es la misma? Tal vez deba empezar por cambiar mi realidad. ¿Significa esto que tengo que cambiar también mis recuerdos? No sé cómo hacerlo. Si ya he de pensar que en el momento que los memoricé, los cambié inconscientemente, ¿cómo voy a hacer ahora de forma consciente?
Además, tampoco sé si tiene sentido intentar cambiar mi realidad para que se pueda producir un mayor entendimiento entre las distintas realidades si ni siquiera puedo llegar a conocer tu realidad. Y sí, aunque repita tantísimas veces la palabra "realidad", aún no puedo ni siquiera asegurar que dicha realidad exista. Y sí, también repito muchas veces "ni siquiera", pero es que no hay mejor formad de expresar esta duda.
¿Y si al cambiar mis recuerdos, al modificarlos como si de dibujos se tratasen, encuentro otra realidad que me gusta aún menos? Ya no podré volver atrás y recuperar aquellos recuerdos que me mostraban una realidad mejor porque ya ni siquiera me acordaré de cómo eran aquellos recuerdos.
¿Y si es quizá que nos tenemos que dar cuenta de que en esto consiste la vida? Cambiar para intentar mejorar, equivocarse. Volver a intentarlo, volver a equivocarse. Pero me da tanto miedo jugar con mis recuerdos. Son tantas las veces que pienso que son lo único verdadero que tengo, a lo único que me aferro. ¿Qué pasará si también los pierdo a ellos?

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