Al borde del acantilado
Se precipitan los sueños
De forma vertiginosa,
Sin que puedan perder,
Como Arrastrados por
Una cuesta atrás que
Llega a su último suspiro.
De entre las rocas
Sale la cándida luz
Que enfría la piel dorada
Bajo esta llama que arde.
Por un instante,
O quizás por una vida,
Así lo viví,
Se detiene el rugir del mar,
El bailoteo de las flores,
El aire que respiro,
La caricia que me toca.
Volverán a resurgir,
Volverán a errar,
A perderse entre escombros
De una depredadora sociedad.
Al borda del acantilado
Me siento a esperar
La llegada de alguien que ya llegó,
Que se fue, que no va a volver,
Mientras veo como pierdo mis sueños en el mar.
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