Había días en los que despertaba,
deambulaba por las nubes,
pero no salía de mi cama.
Había días en los que despertaba,
sonreía y seguía hacia adelante.
Y había días que eran solo eso, días …
Sin embargo,
el día de hoy o el de ayer ha sido diferente.
La respuesta no estaba en ti,
sino en mi, como siempre.
No te tengo que culpar por nada,
ni te tengo que perdonar,
me tengo que perdonar a mí,
a mí por no ejercer mi libertad,
por no decidir,
por no hacer justicia conmigo,
por creerme peor que tu,
porque me dejé manipular.
Ahora vuelvo a encontrarme,
a mirar hacia adentro
y sentir el impulso que me trajo hasta aquí.
Ahora se por qué vine aquí
y qué quiero hacer aquí,
vivir mi vida.
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