Me asomo a la ventana,
veo la nieve caer lentamente,
veo que la vida pasa,
que los coches siguen su camino,
que la noche llega,
que me río,
que te ríes,
pero no me muevo.
La vida está ahí fuera,
luchando con la intemperie,
matando al tiempo,
y tú y yo aquí seguimos,
sentados en la cama,
ahogándonos en la ducha,
muriéndonos lentamente.
Pero aquí seguimos,
no nos levantamos,
no salimos a la calle
a conseguir lo que nuestro,
no nos movemos,
no luchamos,
ya ni gritamos.
Tú y yo hemos perdido,
hemos perdido el derecho
a quejarnos del alrededor,
a querer progresar,
a exigir un mundo mejor.
Solo veo que no veo nada.
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