Miércoles 5 de septiembre. En mi nueva vida, las 18:41. En la antigua, las 00:41. Ya han pasado unos días desde aquel día en el que me embarqué en la patera para venir a esta galaxia y puedo afirmar que todo marcha muy bien. Al día siguiente de llegar, encontré casa, con una mujer encantadora, su hija, un estudiante de Historia y Geografía, dos perros y un gato. No puedo estar más contento con mi casa, cerca de la universidad, cerca del supermercado, mi casera es majísima, los perros tranquilos... Además hoy ha llegado el otro muchacho y también parece majo, así que sería absurdo quejarse. Por otro lado, ayer tuve mi primer día como Teacher Assistant en la Universidad de Guelph, en la que me pusieron al día de mis obligaciones, de mis programaciones, de mis horarios. Se hacía muy raro situarse al otro lado de la batalla. Hace tan solo unos meses yo estaba sentado ahí, entre cientos (en realidad, entre unos pocos, no muchos estudian filología hispánica) de alumnos, y ahora estoy aquí, diciéndolo a esos alumnos lo que deben hacer, cómo deben comportarse y lo más importante... DÓNDE esta MI oficina. Así es, también ayer me dieron mi propia oficina, compartida con la TA de México, con mi letrero incluido. La verdad es demasiado fácil sentirse a gusto y querido en un equipo en el que te tratan con profundo respeto y como si fueras uno más de ellos desde el momento en el que pones el pie en el Mackinnon Building. En definitiva, el de ayer fue un día intenso, lleno de reuniones, pero a la vez muy gratificante e interesante. En ellas conocimos a otros jóvenes profesores, a otros TA procedentes de los másteres, y a los verdaderos cabecillas de este equipo. Ya el día anterior había conocido a la mayoría de los otros Interns de los otros países, Ulrich, Darin, Víctor, Helga y Emily, con los que establecimos contacto rápidamente y que me caen realmente bien. Después de las reuniones, algunos nos fuimos a Stone Road Mall para hacer algunas compras, abrir la cuenta bancaria y echar el rato juntos. Llegaba a mi casa a las 9 de la noche y me había ido a las 8.30 de la mañana... había sido un día largo, sí. Hay un detalle que no se me puede olvidar de este día. LLovía como si el mundo se acabase. Las calles eran ríos. Y no tuvo otro momento que ponerse a llover que justo cuando iba en camino a la universidad con mi pantalón de pinzas, mis zapatos y mi camisa... en fin.. novatadas de principiantes. Además, en una de estas reuniones nos comunicaron que nuestro equipo de secretarias (Marie-Christine, Angelna y Joanna), y digo nuestro porque ellos nos han hecho sentir parte de este equipo, había ganado el premio al mejor trabajo en equipo, nunca mejor dicho y al día siguiente estábamos todos invitados a un desayuno. Ingenuos nosotros pensamos que sería una cosa pequeña, íntima, entre los profesores del departamento, pero al llegar esta mañana aquello parecía la boda de Leticia y Felipe. Más de 500 invitados. Mesas y sillas por todos lados, mesas con fruta partidas, muffins, cookies, magdalenas, cafés, zumos... Esto sí que era un acto al estilo americano, con toda su parafernalia y allí estábamos nosotros, unos recién llegados, en mitad de un magnífico mundo que se abría a nuestro paso. Tras este magnífico recibimiento, a conseguir el Insurance Number, un poco de papeleo en la oficina, y poco más...
Para acabar quiero hacer dos cosas: por un lado, colgar algunas fotos que ya están en facebook pero que también se merecen estar aquí y, por otro lado, reiterar que estoy realmente contento, que me siento realmente a gusto con todos mis compañeros y con el ambiente y que estoy ansioso por seguir conociendo más aspectos de esta vida que me controla. Hasta pronto.
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