Equivocarse, errar, fallar.
Todas con un mismo destino:
destruir pequeñas hadas
pululantes en mundos
invisibles, paralelos a un
no sé qué, proveniente de
una estrella de algún sin fin.
Y otra vez la misma piedra
en el mismo cielo
con las mismas consecuencias
y el mismo desastre.
Circulos, ciclos, norias.
Todas con un mismo destino:
errar.
Paradojas que se esconden
detrás de un simple clavo
anclado en el fondo de la
arena de un viejo hotel.
Y otra vez la misma piedra
en el mismo cielo
con las mismas consecuencias
y el mismo desastre.
Ecuaciones sin resolver
en las que lo importante
no es la solución,
sino el proceso en el que
errar es de eruditos.
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