Una vez llegamos a Londres, nos dirigimos al hostal que se situaba en Picadily Circus, donde tuvimos un pequeño contratiempo por decirlo de alguna manera y debida a la incompetencia de la típica guapa-tonta. ¿Qué pasó? Pues que la señorita nos dio dos habitaciones separadas, así que uno debía dormir solo en una habitación con 9 extraños y el afortunado fue Santi, así lo decidió el azar. Sin embargo, tras llegar a nuestra habitación (la de Álvaro y mía) y ver que había 5 camas vacías, decidimos que Santi se trajera sus maletas y ya veríamos que pasaría luego por la noche. Después de esto, nos fuimos a hacer un poco de turismo por la ciudad: paseo por Picadilly, la National Gallery, the British Museum,... Luego volvimos al hostal, nos duchamos y salimos a cenar y a tomarnos algo. Una vez que volvimos a dormir vimos que las camas seguían vacías, por lo que Santi se acostó en una. A los 5 minutos, debían de ser la una de mañana, llegaron dos de los invitados y dio la casualidad que mi amigo Álvaro estaba acostado en su cama sin darse cuenta, asi que él se fue a la suya y ahora quedaba una cama libre solo, pero ante el temor de que viniera su dueño, fui a recepción para saber si estaba vacía. Y así era, la incompetente recepcionista no se había dado cuenta, así que el nuevo amable recepcionista cambió a Santi y ya estábamos los tres en la misma habitación. Podríamos decir que esta es la anécdota de London y la frase típica "It´s obvious". Al día siguiente vimos Harrods, Hyde Park, Candem Town, History Museum, Science Museum, Tower Bidge, Tower of London, ... Londres tan magnífica como siempre, no podíamos esperar menos. También tan cara como siempre, todo hay que decirlo.
¿Qué tocaba después de Londres? Dormir en el airport para coger el avión hacia Billund, Denmark: Sí, creamos nuestro propio gueto en London Stansted, tumbados en los asientos como mendigos, con sandwichs, zapatos fuera, ... Tras una noche un poco atormentada, cogemos el avión y llegamos a Billund desde donde vamos a Horsens, es decir, a Alvaro´s house. Allí dimos un paseo en bici por la preciosa playa con hielo en la orilla y por el centro. Pequeña ciudad con una bonita playa.
Desde allí, fuimos a pasar un día a Aarhus, pequeña ciudad. Si esto cabe destacarlos, Dinamarca está llena de pequeñas ciudades con pocos habitantes, ya que se trata de un país no masificado como quizás podrías serlo UK o España. Allí dimos un pequeño paseo, vimos la curiosa tienda "Tiger", así como el museo de arte moderno, al cual Santi se negó a entrar. Ese mismo día volvimos a Horsens, donde pasamos la tarde, vimos la universidad de Álvaro y salimos esa noche en la uni. Si, como oyen, fiesta en las clases, curioso cuanto menos. Tras las fiesta, vino THE WORLD WAR. Una hora y media en la que England (Yo), Denmark (Álvaro) y España (Santi) se enzarzaron en continuas bromas y peleas por el sofa y el suelo, despertando de un sueño profundo a Italia (Marco). Tan solo dos horas después estábamos en pie camino a Copenhague. Copenhague, la gran ciudad. La verdad que muy diferente a todo lo que había visto anteriormente. En cuanto llegar, hicimos el free tour, guiados por Philip, que nos explicó estupendamente los monumentos más importantes, así como un poco de la historia de este país. Esa noche descansamos en el hostal y al día siguiente alquilamos unas bicis. Fuimos a ver a famosa sirenita, así como el diamenta negra. Especial mención merece el barrio de Cristania, un barrio independiente de Dinamarca, con leyes propias, en las que es legal la venta de drogas. De hecho, eran numerosos los puestos a lo largo de la calle de marihuana. Solo tres leyes: no correr, no fotos, y no drogas duras. Sinceramente, no es el barrio ideal en el que criaría a mis hijos. Esa noche hicimos otro tour, el TOUR por excelencia: el Pub Crawl, que nos llevó por cuatro pubs y una discoteca. Solo podemos decir una cosa: Impresionante. Conocimos a una chicas americanas supermajas, hablamos con un montón de gente y nos lo pasamos estupendamente.
Finalmente, llegaba nuestra última parada: Malmo, Sweeden. Sin duda, el mejor hostal en cuanto a calidad, aunque me quedo con el de Copenhague en relación calidad-precio. Allí dimos un paseo por el centro y nos dirigimos a la playa, desde donde veíamos la gran torre, una torre de 190 metros, y también desde la playa veíamos el gran puente que unía Suecia y Dinamarca.
Finalmente, al día siguiente dimos un paseo por Malmo y poníamos fin a nuestro viaje. Ya solo quedaba lo peor: la vuelta a Birmigham, formado por: autobús-avión-autobús-autobús-tren-tren-paseo. Sí, todo esto debíamos pasar, pero esto no fue lo peor. Gracias a mi querido amigo Santi que se negó a reservar un hostal, sufrimos lo que aquí voy a narrar. Llegamos a London Stansted a las 22:45, nuestro bus a Victoria era a la 01:00, llegamos alli a las 02:20 y a las 03:00 ya nos encontrábamos en London Euston, de donde salía nuestro tren para Birmingham. Pero, ¿cuál fue nuestra sorpresa? La estación estaba cerrada hasta las 04:30, por lo que tuvimos que pasar una hora y media tirados en la calle, muertos de frío, lloviendo y con borrachos rondando... en fin... una experiencia de perroflauta como diría alguno que conozco. A eso de las 08:30 abría mi casa, poniendo fin así a una noche eterna y a un viaje increíble.
Posdata: aquí dejo una foto de todos los imanes adquiridos en el viaje, aumentado así mi colección.