Vuela, mariposa,
como si las montañas fueran tuyas,
como si pudieras ser libre,
como si las cadenas de este agua
no intentasen sumergirte en los cielos
de mis entrañas descarnadas.
Vuela, mariposa,
sueña con unas nuevas alas,
unas que te permitan traspasar el hielo,
la pared de aquel alma
vendida en un mercado de pieles
como falsa imitación dantiana.
Vuela, mariposa,
aún estás a tiempo de cambiar la realidad,
de librar nuevas batallas,
de ganarle al tiempo unos minutos,
de ganarle a la esperanza un trozo de
desilusión.
Vuela, mariposa,
vuela como si fueras yo,
como si yo tuviese alas,
com si fuésemos uno,
como vuela algo dentro de mí
cada vez que llega ella.
Vuela, mariposa,
que mis alas están encadenadas a una sociedad
hundida en la miseria del dorado.